Podría ser la noche de un lunes pero también podría ser la de un miércoles o un jueves de hace 14 o 15 años… Ya ha llovido, sí. Y allí me encontraba yo, en el sofá de mi casa con mi padre, cambiando de canal en la tele, haciendo zapping -que se dice ahora- para encontrar algo que llevarse a los ojos y poder pasar el rato, cuando sintonizo Antena 3 y veo que empieza una peliculilla española… una de esas que piensas "una españolada", con Alfredo Landa de protagonista… Y en eso que la das el beneficio de la duda y la dejas puesta 5 minutos para ver de qué va… pues bien… los 5 minutos de gracia que le concedí fueron suficientes para engancharme y ponerme a verla.
El argumento es sencillo. Un tío que se encuentra con que libra un puente en el curro y piensa en irse de vacaciones con la novia a Torremolinos… ¡Pedazo de argumento! Por una razón u otra su novia le da calabazas, pero él, en sus trece, acaba emprendiendo el viaje a Torremolinos solo, con la única compañía de su grandiosa moto. En la travesía no deja de cruzarse con personajes y situaciones, a cada cual más variopinta, y él, tampoco es que tenga desperdicio.
Desgraciadamente, no pude ver el final, puesto que a medida que avanzaba la peli, los cortes publicitarios y la duración de los mismos era exponencial y al día siguiente madrugaba, así que me fui a la cama... Al día siguiente mi padre me contó el final.
Durante todos estos años la he recordado con mucho cariño, pues realmente creo que fue una buena película. No se por qué, quizás porque me hizo gracia la cabezonería del tío que quería llegar a toda costa a la playa, o quizás porque te enseña que a veces hay que emprender caminos en solitario, que en principio parecen una verdadera locura, pero que al final terminan enseñándote cosas que jamás habrías visto de no haberlo hecho.
Después de todos estos años y algún intento fallido de encontrar la dichosa cinta, hoy he recibido un mail de Sivis -personaje con un corazón enorme, que no le cabe en el pecho- diciéndome que la había visto en el Carrefour de San Fernando, y a por ella que he ido... 5 eurillos han tenido la culpa.
Aún estoy sorprendido de que Silvia se acordara de alguna conversación sin importancia en la que le decía que estaba buscando esa estúpida película. Ese tipo de cosas sólo las puedes esperar de alguien como Silvia.
Ahora, después de muchos años, la tengo en mi poder y sólo me queda buscar un rato tranquilo para volver a ver de principio a fin "El puente".
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